Nosotras las mujeres debemos aprender a conocernos desde nuestra pre- adolescencia, cuando antes de venir nuestra primera menstruación comenzamos a tener un flujo moderado y persistente pero blanco, sin olor, sin irritación en la zona externa de la vulva, esto debido a los cambios hormonales que experimentamos.
Una vez que nos viene la primera menstruación y todo nuestro sistema hormonal madura, presentamos regularidad con nuestros ciclos menstruales y aparece el flujo en días específicos, como son los 4 días previo a la ovulación hasta 4 días posterior a la misma, estamos hablando de casi 8 días donde se comienza a visualizar y sentir un flujo cristalino al comienzo, que luego se torna blanco un poco grumoso, sin ocasionar picazón o irritación en la zona, ni dolor si ya has iniciado las relaciones sexuales. Ésta es la manera como debemos ver la evolución de nuestro flujo no patológico. No obstante, hay ciertas condiciones en el cuello uterino que puede generar flujo o humedad constante de la zona sin ser anormal.
Cuando esta característica descrita anteriormente cambia, es decir, comienza a presentarse flujo con cambio de coloración (amarillento, verdoso), pero además aparece olor, irritación en la vulva, el espesor cambia a grumoso pero con características parecidas a leche cortada, o muy fluido que mantiene la zona húmeda constantemente, ya son signos de alarma que debemos tomar en cuenta, también nos puede pasar que antes teníamos relaciones sexuales sin dolor, pero de repente comienzan a hacer dolorosas.
Hay que recordar que cuando aparece este tipo de cambios en nuestro flujo, no solo es ocasionado por hongos sino que también puede ocurrir por causas bacterianas y virales, de ahí que cuando te automedicas puedas correr el riesgo de no curar la infección, por ello al presentar el mínimo cambio y al permanecer de forma persistente el mismo, debes acudir a tu control ginecológico.
Dra. Maryory Gómez
