En un mundo convulsionado el papel de la mujer ha cobrado mayor importancia tanto en su entorno familiar, profesional y hasta social ocupando grandes responsabilidades como madre, esposa, trabajadora y emprendedora, por lo que gozar de una buena salud es esencial para llevar a cabo sus objetivos y dejar su marca personal.
El organismo de la mujer es cambiante, a medida que pasan los años van sucediendo cambios físicos que es importante evaluar y hacerles seguimiento. En el caso de las adolescentes deberían ser evaluadas a partir de un año luego de su primera menstruación. No hay que olvidar que en estas primeras etapas además de crearles el hábito de cuidarse, podemos descartar patologías a nivel de sus órganos sexuales femeninos, pero en algunos casos algunas mujeres continúan pensando que el primer chequeo debería ser luego de tener su primera relación sexual.
En la actualidad las adolescentes están comenzando sus relaciones sexuales a temprana edad, lo que aumenta el riesgo de embarazos adolescentes y de enfermedades de transmisión sexual.
En la edad adulta se deben evaluar patologías que se pueden presentar en esa etapa, y se debe orientar a las pacientes cómo se debe cuidar su zona íntima. Por otro lado es esencial estar atentos de los antecedentes familiares, porque suelen haber enfermedades que son hereditarias.
Las mujeres cuando llegan a los 40 comienzan a manifestar alteraciones en el cuerpo como cambios en el patrón menstrual, en la piel, cabello, en el estado de ánimo. Estas señales se pueden intensificar dependiendo del ambiente en que se desenvuelva, pero también van a existir cambios hormonales en el que no se debe esperar a que llegue la menopausia para controlarlos.
Es importante entender que el cuerpo no solo va a responder a lo que se indique en el momento, sino que debemos ser completamente integrales, definitivamente la alimentación con el ejercicio influyen en todos nuestros órganos incluyendo salud ginecológica.
Dra. Maryory Gómez
