¿Sabías que en nuestra área genital existen dos glándulas llamadas Bartholino, que se encargan principalmente de la lubricación de la zona?
Las Glándulas de Bartholino se encuentran en el borde inferior de los labios menores, coinciden justo en la entrada de la vagina, son diminutas y no deben palparse ni ocasionar ninguna molestia. Su función es ayudar en la lubricación, la secreción es clara, mucoide y alcalina y aumenta durante las relaciones sexuales. Antes se pensaba que lo único que ayudaba a la lubricación eran estas glándulas, por eso el temor de quitarlas, pero actualmente se sabe que no es la única encargada de la lubricación en la mujer.
Cuando se presenta una infección vaginal persistente sobre todo relacionada con bacterias como el gonococo o chlamidya trachomatis, se corre el riesgo de que estas glándulas se obstruyan y ocasionen lo que se conoce como Bartholinitis (proceso inflamatorio de la glándula que cursa con calor y edema), que puede llegar a infectarse y producir un absceso (secreción purulenta), ocasionando en la mujer un aumento de volumen y enrojecimiento en la zona, dolor y dificultad al caminar. Por ello, en ocasiones basta ver entrar a la paciente en la consulta caminando con dificultad y separando lo más posible un muslo de otro, para sospechar de esta entidad.
Una vez que aparece el primer episodio de Bartholinitis o Absceso de Bartholino, si no es bien tratado el cuadro tiende a la cronicidad, hay que tener cuidado porque el mismo episodio se puede volver a repetir. En un primer momento el tratamiento es con antibióticos y drenaje del absceso, pero de tener más de 2 episodios debe realizarse una cirugía menor llamada marsupialización o si la glándula ya está como un quiste retirarla.
Por eso es importante que acudas a tus controles y al presentar el mínimo síntoma de que algo no está bien.
Dra. Maryory Gómez